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Tambi\\xe9n a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado.

Meditaci\\xf3n del Evangelio seg\\xfan San Lucas 4, 38-44
\\npor el biblista P. Norberto Padilla, misionero claretiano.
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\\nCanci\\xf3n: Recibe mi coraz\\xf3n (2017), de Ver\\xf3nica Sanfilippo

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Lectura del santo evangelio seg\\xfan san Lucas 4, 38-44

En aquel tiempo, al salir Jes\\xfas de la sinagoga, entr\\xf3 en casa de Sim\\xf3n. La suegra de Sim\\xf3n estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. \\xc9l, de pie a su lado, increp\\xf3 a la fiebre, y se le pas\\xf3; ella, levant\\xe1ndose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que ten\\xedan enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y \\xe9l, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. 

De muchos de ellos sal\\xedan tambi\\xe9n demonios, que gritaban: \\xabT\\xfa eres el Hijo de Dios.\\xbb

Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sab\\xedan que \\xe9l era el Mes\\xedas. Al hacerse de d\\xeda, sali\\xf3 a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con \\xe9l e intentaban retenerlo para que no se les fuese.

Pero \\xe9l les dijo: \\xabTambi\\xe9n a otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.\\xbb

Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra del Se\\xf1or... Gloria a ti, Se\\xf1or Jes\\xfas

#SoyClaretiano #Evangelio #MisionerosClaretianos

M\\xfasica de introducci\\xf3n: L\\xe1mpara Es Tu Palabra, de Ain Karem