Érase una vez un señor opulento y barbudo, que ideó un mundo imaginario en papel, y que se hizo tan popular, que sus personajes, sus tierras y sus criaturas se hicieron casi reales… tan reales, que hubo gente que creyó que existían de verdad, y que además, podían poseerlos, hacerlos suyos y manejarlos a su […]