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Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que ca\\xeda, y del fr\\xedo. Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las ech\\xf3 al fuego; y una v\\xedbora, huyendo del calor, se le prendi\\xf3 en la mano
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