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Los evangelios Sin\\xf3pticos son por cierto de suma utilidad. Si no cont\\xe1ramos con ellos ignorar\\xedamos muchos hechos acerca de la vida del Se\\xf1or Jes\\xfas. Dios, en su bondad, escogi\\xf3 a unos hombres paraqu\\xe9 pusieran por escrito lo que ellos hab\\xedan llegado a conocer acerca del Se\\xf1or. Mateo, siendo uno de los disc\\xedpulos del Se\\xf1or sin duda fue testigo ocular de los Hechos. Por tanto, no habr\\xe1 tenido demasiada necesidad de investigar sino m\\xe1s bien debi\\xf3 recordar los dichos y hechos del Se\\xf1or. Marcos y Lucas no fueron testigos oculares, pero sin duda debieron consultarlos. Entonces nos encontramos ante el testimonio incuestionable de personas que fueron testigos oculares de los hechos que relatan.