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b'Tras un cap\\xedtulo inicial maravilloso, como ya nos tiene acostumbrados, en el que las luces, las sombras, los juegos dial\\xe9cticos, la m\\xfasica, el lugar, e incluso el ritmo de la prosa hacen pensar al lector que en cualquier momento va a aparecer Lauren Bacall del brazo de Humphrey Bogart, quiz\\xe1 custodiados por el gran Alfred Hitchcock, el autor onubense nos introduce en una historia de envidias, de amores no correspondidos, de talento mal repartido y de ambici\\xf3n, de mucha ambici\\xf3n, tanta como la que despliega el fascinante personaje de Barbara L. Shackleton'