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Las romerías, la salida de los actos religiosos o los paseos en tardes de domingo han sido momentos clave para el inicio de las relaciones entre los jóvenes. Pero ¿sabías que otro lugar de encuentro importante fue la fuente del pueblo? Tanto la fuente como el trayecto desde este punto hasta la casa ha sido, a juicio de muchos informantes, motivo no solo del inicio de relaciones sino del mantenimiento de éstas. A ello se refiere la canción popular “Maritxu nora zoaz?”. Algunos jóvenes se valían de la mediación (Errekadua bota) de amigas comunes o miembros de la familia para que intervinieran en su favor ante la muchacha elegida y le comunicaran su interés por ella. Frente a la intervención esporádica de amigos y familiares como intermediarios, existió también la figura del casamentero -en euskera Ezkontzaginak- cuya misión era similar, con la única diferencia de que la desempeñaba de forma habitual. Ejercían como tal tanto hombres como mujeres y había situaciones que propiciaban su intervención: ser pobre, tener mala fama, una enfermedad hereditaria o estar entrado en años podrían ser motivos para que el casamentero desarrollara su función. Descubre estas y otras anécdotas en un nuevo capítulo del Atlas Etnográfico de Vasconia con Zuriñe Goitia de Labayru Fundazioa.