Atlas Etnográfico de Vasconia: Elaboración de la hornada de pan

Published: May 9, 2019, 12:45 p.m.

En otro tiempo todo el pan que se consumía en casa se hacía en casa pero, hace ya varias décadas, coincidiendo con el abandono del cultivo de cereales en la cornisa cantábrica y a causa del desarrollo de panaderías y tahonas, se inició un progresivo retroceso en la costumbre de hacer pan. Esa labor, a día de hoy, se ha perdido en la mayoría de las localidades. El recuerdo, no obstante, pervive en la memoria de muchas personas. Así se evidencia en la información recopilada por los Grupos Etniker y que Jaione Bilbao, de Labayru Fundazioa, nos ha resumido en una nueva entrega del Atlas Etnográfico de Vasconia. El pan no se elaboraba a diario, si no que se hacía una hornada cada 7, 10 o incluso 15 días. Se masaba en la artesa, término que despertaba el recuerdo de nuestros oyentes en forma de refrán: "El que no come en la mesa,come en la artesa". Los recuerdos y sensaciones se han ido sucediendo a medida que Jaione Bilbao avanzaba en el relato: "Que reportaje más chulo el del pan. Me ha recordado a mi infancia. En el pueblo de mi aita, en Burgos, había horno y pasábamos los ratos allí metidas con los panaderos". "¡Que envidia de aquellos panes!". "En mi casa se quemaba roble o árgoma y este era el pan más rico porque la árgoma le daba un sabor especial" Y es que para encender el horno se utilizaban generalmente árgoma o ramas delgadas, restos de la poda, arbustos varios, y a continuación se añadía leña, que se traía del monte, y que solía ser de roble, encina, haya, madroño, castaño… En la localidad alavesa de Ganboa, por citar un ejemplo, utilizaban excepcionalmente espino, y a este propósito se decía: "El pan que cueces con espino, no lo des al vecino", porque el pan cocido con leña de espino era muy estimado por su calidad.