b'Hechos 8:5-25 (Reina-Valera 1960)
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\\n5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.
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\\n6 Y la gente, un\\xe1nime, escuchaba atentamente las cosas que dec\\xeda Felipe, oyendo y viendo las se\\xf1ales que hac\\xeda.
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\\n7 Porque de muchos que ten\\xedan esp\\xedritus inmundos, sal\\xedan \\xe9stos dando grandes voces; y muchos paral\\xedticos y cojos eran sanados;
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\\n8 as\\xed que hab\\xeda gran gozo en aquella ciudad.
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\\n9 Pero hab\\xeda un hombre llamado Sim\\xf3n, que antes ejerc\\xeda la magia en aquella ciudad, y hab\\xeda enga\\xf1ado a la gente de Samaria, haci\\xe9ndose pasar por alg\\xfan grande.
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\\n10 A \\xe9ste o\\xedan atentamente todos, desde el m\\xe1s peque\\xf1o hasta el m\\xe1s grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.
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\\n11 Y le estaban atentos, porque con sus artes m\\xe1gicas les hab\\xeda enga\\xf1ado mucho tiempo.
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\\n12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
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\\n13 Tambi\\xe9n crey\\xf3 Sim\\xf3n mismo, y habi\\xe9ndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las se\\xf1ales y grandes milagros que se hac\\xedan, estaba at\\xf3nito.
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\\n14 Cuando los ap\\xf3stoles que estaban en Jerusal\\xe9n oyeron que Samaria hab\\xeda recibido la palabra de Dios, enviaron all\\xe1 a Pedro y a Juan;
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\\n15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Esp\\xedritu Santo;
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\\n16 porque a\\xfan no hab\\xeda descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente hab\\xedan sido bautizados en el nombre de Jes\\xfas.
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\\n17 Entonces les impon\\xedan las manos, y recib\\xedan el Esp\\xedritu Santo.
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\\n18 Cuando vio Sim\\xf3n que por la imposici\\xf3n de las manos de los ap\\xf3stoles se daba el Esp\\xedritu Santo, les ofreci\\xf3 dinero,
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\\n19 diciendo: Dadme tambi\\xe9n a m\\xed este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Esp\\xedritu Santo.
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\\n20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
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\\n21 No tienes t\\xfa parte ni suerte en este asunto, porque tu coraz\\xf3n no es recto delante de Dios.
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\\n22 Arrepi\\xe9ntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quiz\\xe1 te sea perdonado el pensamiento de tu coraz\\xf3n;
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\\n23 porque en hiel de amargura y en prisi\\xf3n de maldad veo que est\\xe1s.
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\\n24 Respondiendo entonces Sim\\xf3n, dijo: Rogad vosotros por m\\xed al Se\\xf1or, para que nada de esto que hab\\xe9is dicho venga sobre m\\xed.
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\\n25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusal\\xe9n, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.'