La mentira de Ananias y Safira

Published: April 14, 2008, 12:09 a.m.

b'Hechos 5:1-16 (Reina-Valera 1960)
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\\n1 Pero cierto hombre llamado Anan\\xedas, con Safira su mujer, vendi\\xf3 una heredad,
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\\n2 y sustrajo del precio, sabi\\xe9ndolo tambi\\xe9n su mujer; y trayendo s\\xf3lo una parte, la puso a los pies de los ap\\xf3stoles.
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\\n3 Y dijo Pedro: Anan\\xedas, \\xbfpor qu\\xe9 llen\\xf3 Satan\\xe1s tu coraz\\xf3n para que mintieses al Esp\\xedritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
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\\n4 Reteni\\xe9ndola, \\xbfno se te quedaba a ti? y vendida, \\xbfno estaba en tu poder? \\xbfPor qu\\xe9 pusiste esto en tu coraz\\xf3n? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
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\\n5 Al o\\xedr Anan\\xedas estas palabras, cay\\xf3 y expir\\xf3. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
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\\n6 Y levant\\xe1ndose los j\\xf3venes, lo envolvieron, y sac\\xe1ndolo, lo sepultaron.
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\\n7 Pasado un lapso como de tres horas, sucedi\\xf3 que entr\\xf3 su mujer, no sabiendo lo que hab\\xeda acontecido.
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\\n8 Entonces Pedro le dijo: Dime, \\xbfvendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: S\\xed, en tanto.
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\\n9 Y Pedro le dijo: \\xbfPor qu\\xe9 convinisteis en tentar al Esp\\xedritu del Se\\xf1or? He aqu\\xed a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacar\\xe1n a ti.
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\\n10 Al instante ella cay\\xf3 a los pies de \\xe9l, y expir\\xf3; y cuando entraron los j\\xf3venes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
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\\n11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.
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\\n12 Y por la mano de los ap\\xf3stoles se hac\\xedan muchas se\\xf1ales y prodigios en el pueblo; y estaban todos un\\xe1nimes en el p\\xf3rtico de Salom\\xf3n.
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\\n13 De los dem\\xe1s, ninguno se atrev\\xeda a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.
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\\n14 Y los que cre\\xedan en el Se\\xf1or aumentaban m\\xe1s, gran n\\xfamero as\\xed de hombres como de mujeres;
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\\n15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los pon\\xedan en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.
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\\n16 Y aun de las ciudades vecinas muchos ven\\xedan a Jerusal\\xe9n, trayendo enfermos y atormentados de esp\\xedritus inmundos; y todos eran sanados.'