Deadwood: Ni Hijos ni Hermanas #audesc #podcast #peliculas #Western #Drama #Crimen

Published: Dec. 2, 2017, 8:32 a.m.

Episodio 9 : Ni hijos ni hermanas Director Ed Bianchi Casting Jeffrey Jones (A.W. Merrick), Keone Young (M. Wu), Kim Dickens (Joanie Stubbs) Sinopsis Despertando y vistiéndose la mañana siguiente a la vuelta de Trixie, Al Swearengen está nervioso: el gobierno de los Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con los indios para la anexión de las Black Hills -- y por lo tanto Deadwood -- y Swearengen debe reunirse con un magistrado para discutir el tema. "Todo será diferente después de la anexión, eso es todo" dice Al, incómodo. Cuando el magistrado llega, comienza a pensar en la legislatura. Si se acepta el tratado, la regla de la tierra será "Si está en ella y la cuida, es de su posesión". Por supuesto, nada es así de simple, y una fuente constante de sobornos será necesaria para engrasar las ruedas del progreso. También, un gobierno ad hoc habrá de ser establecido, para demostrar que hay algo que construir. El magistrado también menciona que una demanda de arresto ha aparecido en Yankton acusando a Swearengen de un asesinato en Chicago. Para arreglarlo, serán necesarios 5.000 dólares. En el Gran Central, Bullock presenta a Alma a Ellsworth, explicando que él es el hombre que encontró el oro en su demanda. Ellsworth puede explotar la demanda para conservar su título, dice Bullock, si ella confía en él. Alma y Ellsworth llegan a un acuerdo rápidamente. El empleado de Farnum, expresa su entusiasmo por haber descubierto una carta escrita por Hickok a su esposa horas antes de su muerte. Una carta que debía enviar el propio Sr. Hickok. Farnum le insulta por haberse quedado con la carta, e inmediatamente se la guarda en el bolsillo. Con un ojo y brazo incapacitados, la salud del reverendo continúa deteriorándose, y está comenzando a imaginarse que su cuerpo huele a cadáver. También está preocupado porque ya no es capaz de sentir el amor de Cristo cuando lee las sagradas escrituras. Molesta a Jane con sus desvaríos y ella no pierde un instante en maldecirlo y llamarlo tonto por ocultar su condición al doctor Cochran.