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b'Hablar de drogas il\\xedcitas en Colombia no es f\\xe1cil. Se convirti\\xf3 en los \\xfaltimos 30 a\\xf1os en un asunto interno y de pol\\xedticas exterior. Por un lado, miles de familias campesinas, ciudadanos del com\\xfan, empresas y otros agentes, se han visto afectados por la influencia de los carteles de la droga, del incremento en el consumo interno y la violencia derivada del negocio de la producci\\xf3n, procesamiento y distribuci\\xf3n de narc\\xf3ticos. Adem\\xe1s, el punto 4 del acuerdo de paz firmado en 2016, se refiere a las medidas necesarias para acabar con la producci\\xf3n de drogas il\\xedcitas en Colombia. Esto nos sit\\xfaa en un tema transversal de pol\\xedtica p\\xfablica criminal, de desarrollo, salud y seguridad y convivencia.\\n\\nPor el otro lado, a nivel externo el pa\\xeds ha tenido que interiorizar en la pol\\xedtica exterior multilateral y bilateral el tema para conseguir diversos objetivos. Primero, a partir de defender y en ocasiones justificar sus acciones para hacer frente al problema; segundo, en b\\xfasqueda de aliados internacionales para enfrentar a los grupos al margen de la ley que incluso en los a\\xf1os ochenta y noventas pusieron en jaque al Estado colombiano y que act\\xfaan desde el territorio nacional. Tercero, en los \\xfaltimos a\\xf1os, a partir de invitar a la comunidad internacional a reflexionar sobre la necesidad de flexibilizar el r\\xe9gimen internacional de drogas con miras a establecer un enfoque m\\xe1s hol\\xedstico que permita situar el asunto del consumo de drogas en la perspectiva adecuada del siglo XXI, con enfoque de derechos humanos, salud p\\xfablica, entre otros.\\n\\nAcomp\\xe1\\xf1enos en este episodio.'