Laberinto e historia. 1933-1973. Eugenio Carmona

Published: Nov. 24, 2020, 5:30 p.m.

Ciclos de conferencias: Pablo Ruiz Picasso: su vida, su obra, su tiempo (I). Laberinto e historia. 1933-1973. Eugenio Carmona.

El surrealismo quiso ponerse al servicio de la revolución, pero la tentativa no funcionó. Aún así, la vida intelectual y creativa se politizó como nunca lo había estado. Picasso se vio en la encrucijada. Los biógrafos del artista han extremado el sentido de una frase suya en la que afirmaba que estos fueron los peores años de su vida. Quizás exageraba, pero en el desarrollo de los hoscos años treinta, Picasso necesitó un álter ego. El artista ya había jugado con otros heterónimos, aunque sin duda, junto al "Arlequín", el "Minotauro" acabó siendo el más poderoso.

Parece que todo lo relativo al "Picasso Minotauro" está dicho y parece que tratar de nuevo el asunto puede bordear la cualidad del tópico. Es verdad que la Suite Vollard se ha expuesto mucho. Pero ¿en qué contexto fue producido y entendido el Minotauro picassiano en los años treinta? El Minotauro picassiano no debe ser abordado como un desarrollo iconográfico aislado, sino que actúa en relación con otros grupos de signos, no solo los de "el taller del artista" y la propia tauromaquia, sino el de las "figuras monstruosas" y las "imágenes petrificadas". El minotauro sirve para evocar y recorrer toda la "metáfora taurina" que en Picasso es temprana, dilatada e intensa. Picasso, la imagen del toro y el caballo es siempre un significante a la espera de un significado. Y el Minotauro sirvió a Picasso para plantear dos conflictos intelectuales y vivenciales inherentes a los años treinta: la relación entre Cultura y Naturaleza, y la relación de Eros, no con Thánatos, como planteara Freud, sino con Ethos, tal como empezaron a comprobar los individuos de un tiempo que derribaba prejuicios y convencionalismos.

El Minotauro fue además el verdadero camino hacia Guernica, pues la obra puede ser entendida tanto como una intervención política concreta como el punto culminante del propio imaginario picassiano.

El reverso del Minotauro en estos años fue la escritura. En realidad, de ella debemos partir en esta tercera entrega de la vida y la obra de Picasso. En la escritura depositó Picasso el habla de su sujeto y trajo al presente sus propios orígenes, preparándose a sí mismo par el "Picasso después de Picasso".



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