Un mundo onírico que nos enseña el valor de los sueños, el valor del amor propio; y lo peligroso que puede ser dejar de lado nuestras ilusiones, huir de quienes somos. Satoshi Kon, en su última película, trajo frescura, pasión, transformación y renovación mundial. Pocas semanas después de cumplir 10 años de ausencia, le hacemos este homenaje, a este director, que revolucionó la animación, para siempre.