Parafraseando a Baudelaire
LA COMODIDAD
La limitación, la lucha, la negación, la mezquindad,
Ocupan nuestros espíritus y minan nuestros cuerpos,
Y nosotros alimentamos nuestros pensamientos,
Como los mendigos nutren a su piojos.
Nuestras limitaciones son tercas,
nuestros arrepentimientos cobardes;
pagamos con creces nuestras dualidades,
volviendo alegremente a lo conocido,
creyendo lavar con llanto
nuestras dependencias.
Es la almohada del ego
Quien controla, hace mucho tiempo,
nuestro espíritu engañado,
Y el rico metal de nuestra libertad
Se ha evaporado totalmente
por obra de este sabio químico.
Es el ego quien maneja los hilos que nos mueven!
A las situaciones repugnantes las llamamos amor
Y cada día y sin horrorizarnos caminamos un paso hacia el Infierno, a través de la manifiesta inconsciencia
Robamos al pasar dolores clandestinos
Y vivimos exprimidos como naranjas secas.
Apretados, hormigueantes, como un millón de gusanos
En nuestro cerebro se agitan en tropel
fantasmas del pasado,
Y, cuando respiramos, la Muerte,
desciende a nuestros pulmones
como un río invisible, y no nos quejamos
Si el dolor, el sufrimiento, la culpa, la lucha,
No han bordado aún con sus singulares dibujos
nuestros tristes destinos,
Se debe a que nuestro cuerpo es fuerte.
Pero entre chacales, panteras, linces,
monos, escorpiones, buitres, serpientes,
Monstruos chillones, aulladores, gruñidores, rastreros. toda la fauna del pasado, te lleva atado a lo conocido
Dentro de ellas ¡hay una más fea,
más malvada, más inmunda!
Aunque no hace aspavientos ni lanza agudos gritos,
Convertiría con gusto a la tierra en un despojo
Y en un bostezo tragaria al mundo;
¡Es la comodidad! si la comodidad
-con los ojos inundados de un falso llanto-
sueña con tu tumba mientras se abanica el rostro
Tú la conoces, ese monstruo delicado,
Mentiroso e hipocrita, la comodidad
te consume mientras tu la veneras!