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Desde 2005 el principal tema de conversación en el Valle de Abdalajís es la falta de agua. Fue en ese año cuando las obras del AVE a Málaga reventaron el acuífero que abastecía de agua al pueblo y los manantiales se vaciaron. Dos años después, en 2007 y como compensación por los daños, Adif se comprometió a abastecer de agua al municipio a través de camiones cuba. 15 años después, la empresa pública se niega a continuar prestando el servicio y los vecinos se quedarán sin suministro. José Romero Vegas, alcalde de Valle de Abdalajís, duda de que los responsables entiendan lo que verdaderamente significa esa decisión: "¿Quién valora el precio de un acuífero? Los abogados de Adif valoran la hora de conductor y de camión… pero el sufrimiento del pueblo no lo valora nadie", razona. Este pequeño municipio de poco más de 2.500 habitantes vivía fundamentalmente de la agricultura y el turismo. La falta de agua dejó los campos secos y, por la cercanía con el aeropuerto de Málaga, se prohibió el vuelo libre en parapente, el principal reclamo turístico de Valle del Abdalajís. Por su parte, los vecinos se las han tenido que apañar para acumular agua en bidones y para organizarse el día, en verano, en función de las horas en las que todavía tienen agua corriente: "Llevamos años comprando botellas. Solo pedimos lo que era nuestro, el agua".