'El mapa de colores', por Xoán Tallón

Published: Nov. 8, 2020, 12:25 p.m.

Empezamos a mirar el mapa de EE.UU. el miércoles de madrugada, como de pasada, con la intención de volver después a la cama. No sabíamos dónde nos metíamos. Al poco tiempo, estábamos hipnotizados por el escrutinio y el color de los estados. Era imposible apartar la mirada de ellos demasiado tiempo. Ibas corriendo al baño, corriendo a la cocina, corriendo al trabajo, por miedo a perder algo y que al volver hubiese caído un estado del lado de Trump o de Biden. Pasó el miércoles, y como suele ocurrir a menudo en estos casos, llegó el jueves. Nada cambió: seguía sin haber presidente y continuábamos mirando el mapa febrilmente, por si un estado pasaba de repente de rojo a azul. En cierto sentido, el mapa también nos miraba a nosotros. Se nos metió en la cabeza. Nos atravesó los ojos. Cuando los cerrábamos, de hecho, seguíamos viéndolo. No se iba con nada. Quiso la causalidad que llegase el sábado. Algunos empezamos a usar gafas de sol para poder seguir espiando el destino de los estados. Cuando hubo un ganador, nos alegramos más que nada por nosotros mismos, porque al fin podremos quitarnos el mapa de la cabeza.