‘Karmenka’, como la llaman cariñosamente, se enamoró de los glaciares escuchando una conferencia del científico Adolfo Eraso sobre el Perito Moreno. Sus pozos y sus cuevas hicieron que quisiera dedicarse a investigar el blanco y silencioso paisaje del hielo. Corría el año 1996. Empezaba así un camino difícil que ha logrado recorrer gracias a su pasión por la naturaleza y por la investigación. Hoy es una glacióloga de reconocido prestigio, y empezamos el año conversando con ella.