'Bailar', por Xoán Tallón

Published: June 20, 2020, 10:57 a.m.

La discoteca es y será el sitio más o menos oscuro en el que se acaba todo. Quizá esté entre las pocas cosas que no cambien con la nueva normalidad. Después de la discoteca ya solo viene la palabra FIN. Más allá de ella no hay nada. Llegas, das lo último que te queda, y regresas a casa, siguiendo el rastro de tus propias pisadas. No todos consiguen alcanzar siquiera la discoteca. Hay que tener una gran fe en la noche, y ser una persona entusiasta y muy optimista y, quizá estar un poco chiflada. No tiene que gustarte bailar necesariamente. La discoteca se las arregla para atraer ambos mundos: el de las personas que bailan y el de las que no bailan jamás. Cada uno tiene su espacio, desde el que intercambiaban miradas de superioridad, sin que quede claro quién gana la batalla. Tal vez ahora, mientras las pistas permanezcan cerradas, los que odian bailar crean que ha llegado su hora. Pero que no se confíen, porque quienes aman y saben bailar pueden hacerlo en cualquier sitio. No necesitan la pista. Ni siquiera despegar los pies del suelo.