Los últimos 30 años han supuesto una rápida expansión de las corporaciones transnacionales a los países en desarrollo. En respuesta a los costes sociales de la globalización surgió un movimiento mundial que convocaba a las empresas a ser consecuentes con los perjuicios que su actividad provocase en las personas o el medio ambiente: La Responsabilidad Social Corporativa; una tercera vía entre la regulación gubernamental y el mercado puro basada en estándares y códigos de conducta establecidos por las propias firmas.