Muchos quieren el cambio, pero no muchos est\xe1n dispuestos a pagar el precio de cambiar o moverse del lugar de donde ya no quieren estar. A veces nos quejamos de estar en una situaci\xf3n en donde poco hacemos por salir, como no sea levantar un poco de polvo para que parezca que verdaderamente estamos luchando por hacerlo. El no querer pagar el precio implica menos aquello que sientes que est\xe1s dispuesto a hacer, que lo que no est\xe1s dispuesto a perder. \xa0Los cambios que verdaderamente nos mueven no son cotidianos, pero cuando se dan desde la intenci\xf3n de estar mejor, realmente pueden cambiar el rumbo de nuestra vida.