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OPINION DE DIEGO LEUCO, SERGIO BERENSTEIN, MARCOS NOVARO Y MAXI FERRARO.

Un pa\\xeds inmensamente rico en recursos y talento humano que tiene a m\\xe1s de un tercio de su poblaci\\xf3n en la pobreza, lleva d\\xe9cadas sumido en una profunda crisis y este a\\xf1o incumpli\\xf3 el pago de su deuda por novena vez. Dif\\xedcilmente un ejemplo a seguir, pero la Argentina, y el peronismo que la gobern\\xf3 casi 25 de los \\xfaltimos 37 a\\xf1os, tiene sus fans en las altas esferas del poder en Espa\\xf1a.

Es dif\\xedcil situar el origen exacto del declive argentino en el calendario o atribuirlo a un solo momento hist\\xf3rico, l\\xedder pol\\xedtico o gobierno. El pa\\xeds, que en 1914 superaba el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania, y que hasta bien entrado el siglo fue la naci\\xf3n m\\xe1s pr\\xf3spera de Am\\xe9rica Latina, padece una crisis econ\\xf3mica cr\\xf3nica. Las razones son variadas, desde las dictaduras a la persistente debilidad de sus instituciones, sin olvidar el personalismo de sus l\\xedderes, la corrupci\\xf3n y el saqueo sistem\\xe1tico de los recursos nacionales.

El peronismo contribuy\\xf3 a la tragedia con su populismo err\\xe1tico, el ego\\xedsmo caudillista de sus dirigentes y su incapacidad para establecer una estrategia coherente para el pa\\xeds. Es una inconsistencia que Angela Merkel resalt\\xf3, quiz\\xe1 de forma inocente, cuando en febrero pregunt\\xf3 al presidente argentino Alberto Fern\\xe1ndez qu\\xe9 era el peronismo, sin que este supiera aclar\\xe1rselo. Fern\\xe1ndez opt\\xf3 por decir lo que no era, negando su naturaleza populista.

El movimiento pol\\xedtico dominante en la Argentina ha sufrido mutaciones constantes, desde el neoliberalismo cleptocr\\xe1tico de Carlos Menem al socialismo demag\\xf3gico de los Kirchners, y en todas sus variantes ha resultado frustrante en su ineptitud. Unidas Podemos, que desde principios de a\\xf1o forma gobierno de coalici\\xf3n con el presidente Pedro S\\xe1nchez, se muestra orgulloso de sus "rasgos peronistas", sin admitir que uno de los m\\xe1s evidentes es el culto a la personalidad del l\\xedder.

Angela Merkel se retirar\\xe1 de la pol\\xedtica el pr\\xf3ximo a\\xf1o dejando un legado que se resume en su gesti\\xf3n la pandemia. Frente a los rumores, desde el principio decidi\\xf3 en funci\\xf3n de los datos y la ciencia; frente al populismo, trat\\xf3 a sus ciudadanos como adultos. Y mientras dirigentes desde Estados Unidos a Espa\\xf1a naufragaban, reaccionando tarde, present\\xf3 un perfil profesional de la pol\\xedtica que prioriza la resoluci\\xf3n de problemas sobre la ideolog\\xeda. Por eso, viendo la gravedad de la situaci\\xf3n, defendi\\xf3 la creaci\\xf3n de un fondo europeo de reconstrucci\\xf3n que aportar\\xe1 a Espa\\xf1a 140.000 millones de euros.

La idea de que esa ayuda nos ser\\xe1 entregada sin contraprestaci\\xf3n, como miembros del gobierno dieron a entender en sus mensajes triunfalistas, es absurda. El merkelismo impregna la letra peque\\xf1a del acuerdo. El gobierno espa\\xf1ol deber\\xe1 presentar proyectos que reflejen una estrategia de pa\\xeds, m\\xe1s all\\xe1 de la necesaria asistencia a quienes est\\xe1n pasando por graves dificultades. La crisis todav\\xeda podr\\xeda convertirse en una oportunidad si Espa\\xf1a toma como ejemplo el modelo adecuado. Argentina nos ofrece alguna pista: no es el peronismo.

The New York Times