PROYECCIONES 2020 EP 134 CRISIS POLICIAL Y POLITICA: Un presidente funcional al libreto cristinista

Published: Sept. 9, 2020, 6:11 p.m.

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TESTIMONIOS DE CARLOS PAGNI, JORGE GIACOBBE Y WILLY KOHAN

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Quienes pensaron que Alberto Fern\\xe1ndez ser\\xeda una barrera ante el avasallamiento de las instituciones han sufrido un golpe a su esperanza

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En eso de cambiar de ideas, Alberto Fern\\xe1ndez posee un r\\xe9cord dif\\xedcil de igualar si se pasa revista de los partidos en los cuales recal\\xf3, los gobiernos de los que form\\xf3 parte y las contradicciones en las que incurri\\xf3 con sus propios dichos.

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Durante su juventud, cuando nadie imaginaba que alguna vez ocupar\\xeda el sill\\xf3n de Rivadavia, hizo suyas las observancias doctrinarias del nacionalismo constitucional. No dur\\xf3 mucho en esas tiendas y migr\\xf3 al peronismo sin que, en un principio, fuese un militante puro y duro del autodenominado movimiento nacional y popular. Por primera vez asom\\xf3 la cabeza en un cargo oficial durante la administraci\\xf3n menemista a la que, a\\xf1os m\\xe1s tarde, estigmatiz\\xf3 con esa proverbial falta de decoro que caracteriza a quienes afilan cr\\xedticas contra sus pasados jefes con el solo prop\\xf3sito de quedar bien con los nuevos. Se subi\\xf3 luego a la campa\\xf1a electoral duhaldista y busc\\xf3 fondos para solventarla. Perdidoso en las urnas el justicialismo, a manos de Fernando de la R\\xfaa, se uni\\xf3 a Domingo Cavallo. Todav\\xeda se cuidaba de cargar de improperios a la convertibilidad.

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A Alberto Fern\\xe1ndez, como a todo personaje sin convicciones firmes ni integridad construida sobre valores, el tema no le hace mella. Si para hacerse del bast\\xf3n y probarse la banda presidencial deb\\xeda rendirle pleites\\xeda a su compa\\xf1era de f\\xf3rmula, los escr\\xfapulos pod\\xedan dejarse de lado sin problema. Borrar con el codo cuanto hab\\xeda escrito previamente con la mano era tarea f\\xe1cil. Tanto m\\xe1s si al final del camino lo aguardaba un acomodado sitial en la Casa Rosada.

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Instalado en Balcarce 50, defraud\\xf3 a quienes pensaron que ser\\xeda la barrera natural que impedir\\xeda el avance de la vicepresidenta sobre las pocas instituciones que permanecen en pie en el pa\\xeds.

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Lo calificaron de honesto y mesurado y lo convirtieron, de la noche a la ma\\xf1ana, en la suma y compendio de virtudes que se asociaban b\\xe1sicamente con la moderaci\\xf3n de la que carec\\xeda su mentora y que le aseguraron el triunfo electoral que ella por s\\xed sola jam\\xe1s hubiera alcanzado. Supusieron que \\xe9l se encargar\\xeda de tomar las riendas de una administraci\\xf3n que no se dejar\\xeda llevar de las narices por los fan\\xe1ticos de La C\\xe1mpora y el Instituto Patria. La realidad demostr\\xf3 que ninguna de esas especulaciones ten\\xeda solidez. La idea de que coexist\\xedan en el gobierno dos facciones antag\\xf3nicas, unidas solo por la necesidad, comenz\\xf3 a resquebrajarse y pronto se desmoron\\xf3. Cristina Kirchner no lo hab\\xeda elegido al voleo. Sab\\xeda que se trataba de una persona capaz de sostener sus razones de manera independiente e incluso de mostrarse dispuesta, cuando su conciencia se lo dictase, a plantearle disidencias no bien aquella decidiese domesticar a la Justicia, sacarse de encima a quienes entorpecen sus planes hegem\\xf3nicos y hacerle gui\\xf1os al r\\xe9gimen chavista. Alberto Fern\\xe1ndez asumi\\xf3 con preclara convicci\\xf3n la tarea de ser funcional al libreto de la viuda de Kirchner desde el primer d\\xeda. De lo contrario, no hubiese aceptado la candidatura cuando lo sorprendi\\xf3 el ofrecimiento de la jefa natural del Frente de Todos. Las condiciones de aquel acuerdo empezaron a vislumbrarse en los hechos a poco de andar.

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