Vacunas y vacunación, un desastre
Durante los últimos meses del año pasado, el gobierno del presidente López Obrador dijo una y otra vez que había asegurado el abasto de vacunas para todos los mexicanos. En particular se celebró el acuerdo más serio, el de la Fundación Carlos Slim con AstraZeneca y la universidad de Oxford. El miércoles pasado llegó a México el primer cargamento para el proceso final de un millón de dosis que estarán disponibles en abril. En el caso de Pfizer, el 2 de diciembre, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, anunció la compra de 34.4 millones de dosis de esa vacuna de las que entonces llegaron 250 mil, luego dos envíos de 480 mil y a mediados de enero se suspendieron por problemas de producción de la farmacéutica. No solo México. El mundo se sacudió cuando Pfizer informó que no podía atender los compromisos, nuestro país incluido, lo que es una tragedia mundial, cuando se han superado los cien millones de casos. La situación aquí es preocupantemente confusa. Se dijo que Pfizer haría una pausa pero no se habló del cumplimiento a corto y mediano plazo. En medio de esto, el lunes, el presidente López Obrador habló con Vladimir Putin que le ofreció 24 millones de dosis de la Sputnik-V que aún no cumple el requisito científico de la fase tres, por lo que no ha sido aprobada y que aceptó sin estar autorizada por COFEPRIS, que ante sus deseos procederá, depende de Hugo López-Gatell. El hecho es que la aplicación de la vacuna, salvo excepciones, está siendo un desastre mundial, desde Alemania hasta Nueva York, lo que hace tener profundas inquietudes de cómo será en México y cuándo llegarán las vacunas. Aunque ahí están de los Servidores de la Nación, garantía, versión oficial, de la eficacia y alcances de la vacunación, hoy a cuatro meses y once días de las elecciones.