Festejamos el día de la Hispanidad sacando a pasear aviones americanos blindados de construcción Suiza y helicópteros fabricados en Alemania, nos homenajeamos a nosotros mismos haciendo cosas que en el fondo nunca hacemos, abucheamos sin que haya fútbol de por medio, vestimos a una cabra como si fuera una persona humana y el rey consigue aparcar en el centro de Madrid sin ser residente, es decir celebramos un país interpretando a otro que no existe, como si el día de la Hispanidad fuera una primera cita de