Si se pitan los símbolos, y no hace falta recordar que también lo es la Presidencia del Gobierno, en realidad se está despotricando contra una de las instituciones esenciales del Estado. Para algunos, o incluso para muchos, lo que sucedió ayer puede parecer una simple anécdota, pero si se normaliza es probable que la cosa vaya a mayores. Mejor reflexionar ahora sobre ello antes de que sea demasiado tarde.