De nada sirven las leyes y los medios materiales si no se ataja la desigualdad que provocan estas violencias. De la educación al empleo, de los cuidados a los afectos. Todas sabemos que no es fácil ni rápido remover estructuras milenarias. Pero no se puede dejar de exigirlo y de empujar para que cambie. La firma de Pepa Bueno.