3-6: La mirada se mantiene en las fronteras especialmente la norte.
Los esfuerzos por contener en lo posible la entrada del coronavirus por la extensa y porosa frontera norte, podría decirse sin exagerar que son titánicos. Sin descanso, 24/7 todas las policías del país, incluyendo refuerzos del Poder Judicial, observan puntos ciegos en tierra así como las aguas del San Juan intentando cerrar el paso a los indocumentados. Es un tránsito histórico, que se volvió habitual y se normalizó. Entre otras muchas razones, por la necesidad de unos de obtener empleo y la conveniencia de otros de dárselos sin pago de seguridad social y demás beneficios laborales. Tareas a destajo. Pero hoy hay pandemia. Y cada país hace lo propio por asegurar toda la atención sanitaria posible a sus habitantes. Y el rechazo administrativo (así se llama a la devolución de quienes son encontrados intentando pasar) se torna un imperativo. No es una tarea fácil. Incluso a veces parece imposible. Pero no se puede renunciar al control del territorio. Sobre todo cuando nuestro principal riesgo de contagio es la situación del vecino país y las dinámicas de familiaridad advierten el riesgo de “clústers”. De modo que mientras la condición vecina de contagio comunitario y transmisión descontrolada siga arreciando y más migrantes intenten pasar a nuestro territorio (hasta ahora 200 diarios en promedio, pero se sabe que serán más) las medidas deben incrementarse. Por eso a partir de este miércoles entra en vigencia una restricción vehicular ampliada a 12 horas (de 5 pm a 5 am) en 10 cantones fronterizos con Nicaragua. Una medida similar además impedirá navegar en los ríos Colorado, Sarapiquí, Frío, San Carlos y los Canales de Tortuguero. Al frente de todo este operativo nunca antes desplegado está el ministro de Seguridad Pública Michael Soto, que se mueve durante la semana entre la frontera norte, la capital y el resto del país. Porque no solo debe liderar los empeños de contención de pasos irregulares, sino los esfuerzos del tránsito de mercancías legales, así como las actividades ilegales del narcotráfico y de toda la delincuencia siempre organizada. ¿Cómo lidia con todo eso? Con Michael Soto y su balance de estos tres extenuantes meses conversamos en Hablando Claro.