Una Historia de Futbol y Navidad

Published: April 21, 2012, 6:11 a.m.

b'La Primera Guerra Mundial hab\\xeda empezado en Junio de 1914 y enfrent\\xf3 a los imperios alem\\xe1n y austro-h\\xfangaro, m\\xe1s el otomano, con el resto de los pa\\xedses europeos. Ese mismo a\\xf1o, en el frente occidental de la guerra, se hab\\xeda demarcado una franja de territorio (l\\xednea seg\\xfan el mapa) por unos cuantos kil\\xf3metros en Francia y B\\xe9lgica, hacia cuyos lados estaban los dos bandos (alem\\xe1n por uno, brit\\xe1nico-franc\\xe9s por otro). \\n\\nSe le dio en llamar \\u201cLa Tierra de Nadie\\u201d, y no ten\\xeda m\\xe1s de cincuenta metros de ancho. En esa misma franja de territorio se desarroll\\xf3 por tres a\\xf1os la Guerra de Trincheras, una serie de ataques de uno y otro bando, hasta que Estados Unidos entr\\xf3 en guerra (1917) para torcer el conflicto en favor de los aliados. \\n\\nLo cierto es que para Diciembre de 1914 hab\\xedan aparecido algunos movimientos pacificadores, promovidos por un grupo de mujeres brit\\xe1nicas y tambi\\xe9n por el Papa Benedicto XV. Mientras tanto para fines de mes, en la regi\\xf3n de Ypres (B\\xe9lgica), del lado de la trinchera alemana, los altos mandos de este ej\\xe9rcito hab\\xedan mandado distintos adornos con los que adornar los arbolitos de Navidad y tambi\\xe9n distintas provisiones (a modo de regalo y de motivaci\\xf3n) para los hombres de la guerra, como chocolates y cigarrillos. \\n\\nLos soldados alemanes pretend\\xedan, en su fuero \\xedntimo, pasar aunque sea una Navidad en paz en medio del horror de la guerra, igual que los ingleses y franceses. \\xbfPero c\\xf3mo expresar este deseo sin que se enterasen los generales? En la g\\xe9lida madrugada del 25 comenzaron a decorar los arbolitos (m\\xe1s luces que \\u201carbolitos\\u201d dadas las condiciones), en se\\xf1al amistosa, ante la sorpresa inicial de los soldados enemigos. Ya por la ma\\xf1ana del 25 empezaron a cantar distintos villancicos como "Noche de paz, Noche de Amor". \\n\\nLos soldados ingleses y franceses, apostados en sus trincheras, al ver lo que ocurr\\xeda del otro lado, soltaron banderas blancas en tren de paz y comenzaron a caminar lentamente hacia la Tierra de Nadie. Y as\\xed ambos bandos fueron caminando en direcciones opuestas y se fueron encontrando cara a cara. Las armas hab\\xedan quedado a un lado, aunque sab\\xedan -muy a su pesar- que esos mismos que ayer eran enemigos, en pocos d\\xedas volver\\xedan a serlo. \\n\\nEl encuentro en aquella Navidad nevada fue de abrazos y reencuentros, y de cantar juntos las canciones navide\\xf1as. Tambi\\xe9n se intercambiaron regalos (cigarrillos, chocolates y alcohol; gorros y botones) y enterraron a los ca\\xeddos que no hab\\xedan recibido sepultura, en un emotivo homenaje. Y jugaron un partido de f\\xfatbol tambi\\xe9n, o varios seg\\xfan las cr\\xf3nicas. Lo cierto es que en medio de aquel fr\\xedo no se sab\\xeda bien los l\\xedmites de la \\u201ccancha\\u201d, usaron los buzos (pese al fr\\xedo) como palos y ni que hablar que no hab\\xeda jueces. Pod\\xeda jugar cualquiera, no importaba su origen, y cuando un hombre ca\\xeda al suelo -resbaladizo- ven\\xeda otro a levantarlo. El \\u201cpartido\\u201d termin\\xf3 cuando apareci\\xf3 un soldado para testimoniar el hecho, y seg\\xfan dicen termin\\xf3 con victoria alemana por tres a dos. \\n\\nEl soldado que dio cuenta de este suceso fue el alem\\xe1n Johannes Niemann, y as\\xed lo inmortaliz\\xf3 en una de sus ep\\xedstolas: \\u201cUn soldado escoc\\xe9s apareci\\xf3 cargando un bal\\xf3n de f\\xfatbol; y en unos cuantos minutos, ya ten\\xedamos juego. Los escoceses hicieron su porter\\xeda con unos sombreros raros, mientras nosotros hicimos lo mismo. No era nada sencillo jugar en un terreno congelado, pero eso no nos desmotiv\\xf3. Mantuvimos con rigor las reglas del juego, a pesar de que el partido s\\xf3lo dur\\xf3 una hora y no ten\\xedamos \\xe1rbitro. Muchos pases fueron largos y el bal\\xf3n constantemente se iba lejos. Sin embargo, estos futbolistas amateurs a pesar de estar cansados, jugaban con mucho entusiasmo. Nosotros, los alemanes, descubrimos con sorpresa c\\xf3mo los escoceses jugaban con sus faldas, y sin tener nada debajo de ellas. Incluso les hac\\xedamos una broma cada vez que una ventisca soplaba por el campo y revelaba sus partes ocultas a sus \\u2018enemigos de ayer\\u2019. Sin embargo, una hora despu\\xe9s, cuando nuestro Oficial en Jefe se enter\\xf3 de lo que estaba pasando, \\xe9ste mand\\xf3 a suspender el partido. Un poco despu\\xe9s regresamos a nuestras trincheras y la fraternizaci\\xf3n termin\\xf3. El partido acab\\xf3 con un marcador de tres goles a favor nuestro y dos en contra. Fritz marc\\xf3 dos, y Tommy uno\\u201d. \\n\\nEsta tregua navide\\xf1a, que en algunas partes del frente dur\\xf3 hasta fin de a\\xf1o y en la que se vieron envueltos hasta cien mil hombres, se dio en llamar la "Tregua de Navidad". Luego hubo alg\\xfan otro atisbo de tregua durante los tres a\\xf1os posteriores en que dur\\xf3 el conflicto, pero ninguna tan importantes como esta. Los altos mandos de ambos ej\\xe9rcitos -entre ellos Adolf Hitler- montaron en c\\xf3lera cuando se enteraron del hecho, y juraron vengar a los principales promotores de la tregua, adem\\xe1s de asegurarse en los a\\xf1os venideros generar un conflicto en estas mismas fechas, aunque fuese \\u201cinventado\\u201d por ellos mismos. Tambi\\xe9n intentaron borrar cualquier prueba de los acontecimientos, quemando cartas y coartando a la prensa; sin embargo, para principios de 1915 ya los diarios brit\\xe1nicos daban cuenta de algunas cartas y fotograf\\xedas que algunos soldados hab\\xedan mandado a sus familias contando los hechos tal cual fueron. \\n\\nHoy en d\\xeda, en Ypres, hay una cruz que recuerda aquella ef\\xedmera pero sentida paz navide\\xf1a. Para la humanidad siempre ha sido uno de los episodios m\\xe1s esperanzadores en medio del odio y un acto de fe en el ser humano a pesar de estar en las peores circunstancias. Igual que para Paul McCartney, que les tribut\\xf3 un video a aquellos valientes soldados.'