Presentacion teologica de la Resurreccion de Cristo

Published: May 23, 2018, 3:35 p.m.

b'[Curso de Cristolog\\xeda 2018, sesi\\xf3n 11]

* Es grave error desconectar la resurrecci\\xf3n del Se\\xf1or del conjunto de su vida, misi\\xf3n y muerte. Cuando ello se hace, la resurrecci\\xf3n queda como un a\\xf1adido extr\\xednseco, o lo que es peor, como un dato irrelevante que en realidad no a\\xf1ade nada al ejemplo de Cristo. y eso ser\\xeda lo \\xfanico importante: que Cristo fue admirable y que nosotros hemos de seguir su ejemplo. Por supuesto, toda la obra de la redenci\\xf3n por la gracia y mediante la fe se pierde en ese esquema.

LA MISI\\xd3N DE CRISTO

* Por ello hay que empezar por recordar lo esencial sobre la misi\\xf3n de Cristo. De nuevo: es siempre la soteriolog\\xeda la que nos ayuda a preservar la verdad de la cristolog\\xeda.

* Todo empieza con la GRAN MENTIRA, que el demonio ya propuso en los albores de la historia de la salvaci\\xf3n. Esta mentira, dicha en clave antropol\\xf3gica, es que uno debe escoger entre ser obediente (a Dios) o ser feliz (sin Dios). En clave teol\\xf3gica, la gran mentira es: El hombre no le importa a Dios porque Dios s\\xf3lo ve por lo suyo.

* Destruir la gran mentira significa revelar a la vez la verdad sobre qui\\xe9n es Dios y qui\\xe9n es el hombre. No es este un conocimiento abstracto sino que a \\xe9l se llega a trav\\xe9s de experiencias-l\\xedmite, a trav\\xe9s de "tocar fondo": a trav\\xe9s de la consumaci\\xf3n. Es lo que trae la Cruz de Cristo: la consumaci\\xf3n de toda iniquidad, que cae ssobre su cuerpo y su alma, y a la vez, la revelaci\\xf3n de toda bondad y piedad de Dios hacia el hombre marcado a fuego por el pecado.

* A quien considere con tiempo y seriedad el camino que condujo a la Pasi\\xf3n del Se\\xf1or le resulta patente el absurdo de la condici\\xf3n humana, lastrada miserablemente por el pecado personal y colectivo. A la vez, le resulta evidente la fuerza de la compasi\\xf3n divina. Con su Pasi\\xf3n podemos decir que Cristo abre una brecha en nuestros corazones endurecidos y tiende un puente transitable para el reencuentro con el Dios calumniado por el demonio.

LA MUERTE COMO REVELACI\\xd3N

* En \\xfaltimas, la muerte del Se\\xf1or nos lleva a descubrir el l\\xedmite de nuestros razonamientos, sue\\xf1os, prop\\xf3sitos y capacidad de compromiso con el mundo mejor que todos deseamos. Pero tambi\\xe9n nos conduce a descubrir un amor sin l\\xedmites. En la k\\xe9nosis de su Cruz, Cristo muestra el infinito divino de una manera parad\\xf3jica pero absolutamente real: Dios es infinito en su amor, en su misericordia, en su fuerza transformante del hombre pecador.

* Pero la misma muerte del Se\\xf1or abre un inmenso interrogante: \\xbfSe puede, o a\\xfan m\\xe1s: se DEBE vivir as\\xed? \\xbfNo es eso encaminarse a un fracaso enmarcado por el dolor, el abandono y el fracaso? Uno se da cuenta que la sola muerte resulta insuficiente como revelaci\\xf3n.

\\xbfES RAZONABLE LA RESURRECCI\\xd3N?

* A partir del orden de la justicia, uno ve que si el fracaso es el destino \\xfaltimo de quien quiera ser bueno, sincero, humilde, generoso y puro como Cristo, no hay justicia.

* El orden de la justicia reclama que el bien sea digno de premio y el mal digno de castigo. Pero por otra parte es obvio que esa justicia no se alcanza en esta tierra. Parece entonces razonable afirmar que si existe un Dios justo, sabio y poderoso, debe haber un espacio de retribuci\\xf3n m\\xe1s all\\xe1 de la frontera de la muerte.

* Por lo dem\\xe1s, si seguimos la antropolog\\xeda propia de la revelaci\\xf3n b\\xedblica desde la creaci\\xf3n, hay que afirmar que ning\\xfan premio o castigo se circunscribe a lo puramente "espiritual." Por eso parece l\\xf3gico afirmar, desde el camino de la Historia de Salvaci\\xf3n, que el pleno orden de la justicia reclama que haya resurrecci\\xf3n coporal.

* Y ya hemos visto que la misi\\xf3n de Cristo, en su triunfo sobre la Gran Mentira, supone una revelaci\\xf3n que se hace densa en la Cruz pero que queda en interrogante con la muerte. Por algo dice el ap\\xf3stol Pablo (1 Corintios 15) que creer en Cristo sin afirmar su resurrecci\\xf3n es hacerse part\\xedcipe de una desgracia.

\\xbfPOR QU\\xc9 ALGUNOS CAT\\xd3LICOS, INCLUSO TE\\xd3LOGOS, NIEGAN LA RESURRECCI\\xd3N CORPORAL?

* Se trata en \\xfaltimas de una concesi\\xf3n al naturalismo y al racionalismo. Es la idea de que no puede suceder lo que nosotros no podamos explicar a partir de las mismas leyes que encontramos vemos actuar en otros \\xe1mbitos de la naturaleza. Finalmente es un modo de ofrecer un Evangelio que se supone que deber\\xeda ser m\\xe1s f\\xe1cil de aceptar, uno que fluye con el esp\\xedritu del mundo. Lo \\xfanico que queda a partir de ese naturalismo es el puro esfuerzo de la voluntad humana por seguir el ejemplo de Cristo. Y por meritorio que esto parezca en realidad niega toda la obra de la redenci\\xf3n.

* Una variaci\\xf3n de esta negaci\\xf3n b\\xe1sica es la falsa excelencia. Cuando alguien dice: "Mi fe permanecer\\xeda inalterable si apareciera el cad\\xe1ver de Cristo" puede generar la impresi\\xf3n de que su fe es particularmente robusta o madura. La verdad es que si esa es una fe ya no es la fe cristiana y cat\\xf3lica. Es la reducci\\xf3n del misterio de Cristo a una praxis admirable que en el fondo depende de ejemplos y fuerzas puramente humanas.

* Por el contrario, la un\\xe1nime tradici\\xf3n de la Iglesia ha sostenido el triunfo completo, perfecto e irreversible de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, sobre el pecado y sobre la muerte: \\xa1Verdaderamente ha resucitado el Se\\xf1or!'