Nueve meditaciones sobre la Virgen Inmaculada, 4 de 9: Maria y las bienaventuranzas

Published: Dec. 12, 2017, 7:56 p.m.

b'Mar\\xeda y las bienaventuranzas

* Dos cosas son comunes entre los creyentes, cuando se trata de las bienaventuranzas: todos sabemos que se trata de un texto que es fundamental para nuestra vida cristiana; a la vez, varias de esas bienaventuranzas resultan poco menos que incomprensibles para la mayor\\xeda.

* Posiblemente la respuesta a esta dificultad est\\xe1 en que las bienaventuranzas son claves de vida propias de los Pobres de Yahv\\xe9.

* En efecto, en la versi\\xf3n de San Mateo, cap\\xedtulo 5,cada una de las bienaventuranzas se dirige a un grupo de personas: "los pobres en esp\\xedritu, los que lloran, los humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de limpio coraz\\xf3n, los que procuran la paz, los que han sido perseguidos por ser justos..." Es importante preguntarnos: \\xbfqui\\xe9nes son estas personas? \\xbfExisten en la realidad, en el tiempo de Cristo, o son enunciados abstractos y generales?

* Si tomamos las bienaventuranzas como "condiciones generales para ser disc\\xedpulo," su enunciado resulta encriptado, extra\\xf1o y contradictorio. Por otra parte, tenemos en San Lucas, cap\\xedtulo 6, una segunda versi\\xf3n que tiene una diferencia: las palabras de Cristo aluden directamente a su auditorio: "Dichosos VOSOTROS los pobres..." Esto hace suponer que Cristo no tiene unos principios abstractos en su cabeza; no est\\xe1 haciendo una teor\\xeda sino brindando una luz de gozo a personas concretas.

* \\xbfY qui\\xe9nes son esas personas concretas? La manera como Cristo los describe coincide con lo que sabemos con la espiritualidad y manera de ser de los Pobres de Yahv\\xe9: esc\\xe9pticos frente a los poderes de este mundo--y por ello maltratados y despreciados--; conscientes de su fragilidad, pero sin achicar sus anhelos; fiados solo del poder y bondad infinitos de Dios, que es sabio y compasivo.

* Todo esto indica algo muy profundo: los retratos m\\xe1s fidedignos de los corazones de Jes\\xfas y de Mar\\xeda hay que buscarlos en esos textos preciosos, es decir, en las bienaventuranzas.

* Pero s\\xed es verdad que hay algo como en c\\xf3digo en el modo de expresarse Cristo. Lo mismo que en el caso de las par\\xe1bolas, existe el riesgo de o\\xedr sin entender. No es cualquier pobreza, no es cualquier llanto, no es cualquier persecuci\\xf3n la que abre a la felicidad que viene de Dios. Hay un llanto que hay que aprender; hay una educaci\\xf3n del coraz\\xf3n que precede a las bienaventuranzas y las hace posibles. Esa educaci\\xf3n es la propia de los que se mantienen fieles en la prueba.

* De la Virgen Santa hemos de aprender entonces de qu\\xe9 desprendernos, de qu\\xe9 dolernos, c\\xf3mo y ante qui\\xe9n sabernos peque\\xf1os; qu\\xe9 es suciedad en nosotros y c\\xf3mo hemos de liberarnos de ella; cu\\xe1les son nuestros verdaderos enemigos. Todo esto pertenece a una de las letan\\xedas de la Virgen, all\\xed donde la llamamos "prudent\\xedsima."'