El Museo de Orsay es el segundo museo más visitado de Francia después del Louvre. En 1986, esta antigua estación de tren de París se convirtió en una vitrina del arte impresionista. Las salas de exposición están en constante cambio, pues solo la mitad de las pinturas están expuestas al mismo tiempo, y el resto se mantiene en reserva. Los conservadores del museo renuevan periódicamente las exposiciones, sin embargo, en ocasiones las obras maestras requieren el cuidado experto de restauradores, quienes tienen la delicada misión de devolver la vida a las pinturas.