Situada en la frontera con Suiza, la región del Jura en Francia es una tierra salvaje y abierta, un paraíso para los esquiadores. Solo unos pocos valientes vienen a intentar la 'Grande Traversée', una ruta de senderismo y esquí de más de 100 kilómetros de largo. Desde los productores de quesos, hasta los relojeros y los fabricantes de 'tavaillons' (pilas de madera que protegen del frío a las casas), todos mantienen un patrimonio bien conservado.