Cuando estas calmado tu mente esta brillante, serena y feliz. Es un estado ideal, para nosotros y para nuestros hijos. “después de la tormenta, viene la calma”. Es importante saber que es así, pero cuando nuestros hijos están pasando por una emoción debemos darle tiempo a esa emoción de estar ahí, acompañarlos, enseñarles porque están así, que fue lo que paso y luego solucionar.