PÍLDORAS MUSICALES | Las Vulpes - Me gusta ser una zorra

Published: Dec. 11, 2019, 12:01 a.m.

El mismo día que sus hermanos (batería, bajista y manager de M.C.D.) le regalaban una Frasmus blanca por su decimoquinto aniversario, Loles Vázquez sentía la necesidad de formar una banda punk. No tenía por qué ser de chicas, pero todo empezó, naturalmente, entre su grupo de amigas: Tere (batería), Susi (bajo) y su propia hermana Lupe Vázquez a la voz. El nombre, Vulpes, acertadamente rescatado de las clases de latín. Para encontrar local de ensayo ponen un escueto anuncio -"Cuatro chicas punk buscan local de ensayo"- en la revista Star, al que contestaron los 091 de Barakaldo. Durante un tiempo también ensayarían junto a M.C.D., hasta que en la primavera de 1981, ya con Estíbaliz Markiegui a la voz, Ruth (ex-N-634, la banda liderada por Kike Turmix) al bajo y Bernardo Vázquez (procedente de M.C.D y a la sazón en Crisis) a la batería se cambian de local al de Snoopy (futuros Médanos de Singapur). Llegado el verano dan sus primeros conciertos en el I Certamen Para Grupos de Rock y Pop celebrado en la discoteca Tope de Bilbao, y en el salón de actos de la Universidad de Leioa junto con Mirotz. Debido a que Bernardo estaba absorbido cada vez más por Crisis, ponen un anuncio en el primer número de la revista Chivato buscando batería. Tras varios movimientos, al fin la formación encuentra estabilidad en 1982, con Loles a la guitarra, Lupe a la batería, Begoña Astigarraga al bajo y Mamen Rodrigo a la voz. El repertorio estaba conformado por versiones de los Ramones, como “Commando” o “Suzy es una cabezota” (“Sheena is a punk-rocker”), “Es sólo un sueño” de Loquillo (versión a su vez del “Something else” de Eddie Cochran), y canciones propias entre las cuales desde bien pronto se encontraría “Me gusta ser una zorra” (si, bueno, es una versión del “I wanna be your dog” de los Stooges, pero un tanto personal). Comienzan a tocar por Euskadi con bandas como las ya nombradas, o los míticos Eskorbuto. En octubre de ese mismo año Carlos Tena selecciona a cuatro grupos vascos (Lavabos Iturriaga, Vulpes, Los Santos y Motos) para hacer sendos clips en vistas a ser emitidos en su programa televisivo Caja de Ritmos. Como Vulpes aún no tenían maqueta de la que extraer el audio, se registran dos temas en los estudios Xoxoa, de entre los que se eligió la versión en castellano del “I wanna be your dog” de los Stooges, retitulada como “Me gusta ser una zorra”, uno de los temas preferidos de la formación. El vídeo se emitía el sábado 16 de abril de 1983 por la mañana. Entre tanto, el grupo había seguido haciendo conciertos y ya disponía de dos maquetas -“Maqueta” (1982) y “Euskadi '82 (1982)- en cassette, y empezaba a coquetear con el sello Dos Rombos. Sin embargo, diez días después de la emisión, el 1 de mayo, el ABC cargaba contra un aún imberbe PSOE publicando la letra íntegra de la canción en sus páginas centrales, junto a un editorial titulado "Ya Basta" al que siguió un aluvión de cartas al director. Desde ese momento, todo se salió de madre: el CESFA (Centro de Estudios para la Familia) protestó airadamente y la Comisión por una Televisión Digna exigió el cese inmediato de Carlos Tena y José Mª Calviño, presidente de TVE. El ABC no escatimó esfuerzos en avivar la llama, dedicando espacios de opinión al respecto a ilustres firmas de la talla de Camilo José Cela, Antonio Gala, Francisco Umbral o Rosa Montero. “Tendría que plantearme dejar este trabajo porque no se puede programar sin tener la libertad de introducir al menos tres minutos de marginalidad que se produce en este país”, declararía poco después un angustiado Carlos Tena. Y así sería, efectivamente. Ante la magnitud de los acontecimientos la mismísima Fiscalía General del Estado llegó al extremo de presentar una querella criminal por “ofender el pudor y las buenas costumbres” contra el programa, como consecuencia de la cual se vio obligado a dimitir en medio de un maremoto sin precedentes en toda la historia de la TVE. Además, Loles sería denunciada por escándalo público por ser autora de la letra y Mamen por intérprete de la canción, pasando tres años hasta el sobreseimiento del juicio. Aprovechando el escándalo, Dos Rombos se apresura, ahora sí, a la consumación en forma de single, "Me Gusta ser una Zorra / Inkisición” (Dos Rombos, 1983), no sin antes realizar una ligera modificación en el nombre de la formación, añadiendo una ese más al final, como si fuera necesario echar más leña al fuego. El sencillo salió a principios de junio, en una primera tirada de 7000 copias que se agotó rápidamente, y poco después lanza otras 5000, que también se agotarían, pese a lo marginal y rudimentario de su distribución (“De momento resulta difícil su localización, aunque si podemos decir que se han repartido unos ejemplares en Trapi, calle Almirante Gaztañeta”). Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, el grupo se vio lastrado completamente por los mismos motivos que les habían aupado. Y si bien es cierto que todos los problemas que aquello les ocasionaría acabarían concluyendo con la disolución de la banda, no lo es menos que al mismo tiempo les alzó a la categoría de mito inmerecidamente. Ya la gira de promoción del corto fue un tanto accidentada. En la sala Rock-Ola junto a La UVI los encargados de seguridad les dieron una samanta tras el escenario una vez concluido el concierto. Al ir a poner la denuncia en comisaría... al parecer allí estaban ellos. Eso de “Policía asesina” no les debió se sentar muy bien. En Benavente (Zamora) llegaron dos autobuses de la extrema derecha para boicotearles. En Mallorca se les retuvo el equipaje en el aeropuerto por una papelina de cocaína y la prensa publicó al día siguiente poco menos que eran traficantes. En Burgos un público conformado por militares las instaban a que hicieran honor a su nombre. En otras ocasiones, les metían en conciertos compartiendo cartel con bandas como Azul y Negro, Vídeo o Charol. Se llegó a anunciar un concierto con Barón Rojo en la Plaza de Toros de Bilbao para el 1 de julio de 1983, pero no llegó a celebrarse. Al parecer la policía judicial cerró las taquillas el mismo día al comprobar que dos horas antes de que Vulpes salieran a tocar solo se habían vendido 83 entradas legales. Estuvieron también a punto de actuar en la cárcel de Basauri en un festival organizado por la Organización de Presos el 25 de agosto de 1983. Finalmente no tocaron ya que las autoridades carcelarias lo consideraron peligroso por temor a la reacción de los presos, vistas las dimensiones del escándalo.