#254 El bosque de los muertos de Algernon Blackwood

Published: Aug. 29, 2023, 3:06 a.m.

b'El bosque de los muertos (The Wood of the Dead) es un relato de terror del escritor inglés Algernon Blackwood (1869-1951), publicado originalmente en la antología de 1906: La casa vacía y otros relatos de fantasmas (The Empty House and Other Ghost Stories), y luego reeditado en la colección de 1931: Ellos caminan de nuevo (They Walk Again)\\n\\nEl Bosque de los Muertos, uno de los cuentos de Algernon Blackwood menos conocidos, relata la historia de un caminante que recorre la campiña inglesa y se encuentra con un misterioso anciano, quien lo invita a conocer el Bosque de los Muertos más tarde esa noche.\\n\\n\\n«Comprendí que el pasado y el futuro existen simuláneamente en un Presente inmenso; que era yo quien se movía de un lado a otro entre apariencias cambiantes y proteicas.»\\n\\n\\nSi hablamos de Bosques Encantados en términos de espacios naturales donde el tiempo parece fluir de manera extraña, Algernon Blackwood y Arthur Machen son referencias obligadas. De hecho, el Narrador de El Bosque de los Muertos [un hombre de la ciudad que se aventura en los dominios de la naturaleza] es el propio Algernon Blackwood, quien pasó buena parte de la década de 1890 viajando por Canadá, los Estados Unidos e Inglaterra, tomando trabajos ocasionales como cantinero, posadero, profesor de violín y lechero. El Bosque de los Muertos es un producto de esa vida itinerante; una historia que combina las dos grandes pasiones en la vida de este autor: la naturaleza y la espiritualidad.\\n\\n\\n¡¡¡¡ SPOILERS !!!!\\n\\nEl Narrador de El Bosque de los Muertos está realizando un solitario recorrido a pie, en verano, por el oeste rural de Inglaterra. La historia comienza con un alto en una posada. Mientras el Narrador come, absorto en sus pensamientos, un anciano de aspecto «rústico» ingresa en la posada. El hombre afirma que es nativo de la zona, y que ha regresado a su amado país con el objetivo de reclutar a alguien «para un propósito más digno». Insta al Narrador a reunirse con él, a medianoche, en El Bosque de los Muertos. Perplejo pero fascinado por la voz y el aspecto del anciano [que desaparece de repente], el Narrador consulta a la hija del posadero sobre este misterioso bosque. Ella le informa que la posada, años atrás, fue una residencia privada, y que el hombre que vivía allí aseguraba que cada vez que alguien entraba en el bosque pronto moriría.\\n\\nEl Narrador, sobrecogido pero también sujeto a su racionalidad urbana, suspende la continuidad de su viaje, reserva una habitación en la posada y se prepara para dar un paseo nocturno por El Bosque de los Muertos.\\n\\nLa decisión del Narrador parece temeraria, pero Algernon Blackwood ya ha establecido las bases que justifican esa elección. El Narrador es un individuo urbano que está buscando «algo». No es el típico vacacionista de los cuentos de Shirley Jackson, sino alguien que está haciendo un recorrido a pie por una zona agreste y con pocas comodidades. En este contexto, el encuentro con el Anciano es epifánico para él. Escucha su voz y sincroniza sus pensamientos con el extraño. A su vez, parece que el Anciano también está buscando «algo», mejor dicho, a alguien «digno» de conocer un secreto asombroso.\\n\\nA medida que El Bosque de los Muertos se desarrolla, el Anciano se revela como un psicopompo; es decir, un guía sobrenatural que ha venido a acompañar a alguien en su transición al «otro mundo». Todo parece indicar que este alguien es el Narrador, cuya búsqueda de «algo» es una señal, o un síntoma, de que se encuentra al borde de la muerte; pero Algernon Blackwood da un giro imprevisto y resulta ser la chica de la posada quien está a punto de morir.\\n\\nEl Anciano es algo más que un psicopompo ordinario. Su aspecto y su presencia [mezcla de campesino y mago] sugieren que es algún tipo de espíritu elemental de la naturaleza; tal vez incluso un genius loci, un espíritu o deidad menor de la zona.\\n\\nLa palabra psicopompo viene del griego psykhopompos [psyche, «alma»; y pompos, «guía»], y significa «guía espiritual». La función de estos seres sobrenaturales no es juzgar a los difuntos, sino simplemente guiarlos al «otro lado», como en el caso de Caronte, las Valquirias, Anubis, etc. En algunos casos este pasaje al más allá incluye una breve estadía en un espacio límbico, intermedio entre el plano físico y el espiritual. Peter Pan, que lidera a los «Niños Perdidos» [almas infantiles] en El País de Nunca Jamás [limbo], es un psicopompo.\\n\\nSegún Carl Jung, la figura del psicopompo representa al mediador entre los planos del inconsciente y la mente consciente; y en sueños suele aparecer como un anciano sabio, y a veces como un animal. El cuervo, por ejemplo, asume el rol de psicopompo en los mitos celtas, y esa es la función que le asigna Edgar Allan Poe en el poema: El Cuervo (The Raven) [ver: El significado oculto del «Cuervo» de E.A. Poe]. En las leyendas, esta mediación entre el consciente y el inconsciente se personifica en la transición entre la vida y la muerte, y en ambos casos está rodeada por una intensa atmósfera onírica. En este sentido, Algernon Blackwood demuestra una vez más su extraordinaria intuición al describir los pensamientos del Narrador durante el primer encuentro con el Anciano:\\n\\n\\n«Era como si fuéramos figuras reunidas en un sueño, hablando sin emitir sonido, obedeciendo leyes que no operan en el mundo cotidiano, y quizás a punto de jugar con una nueva escala de espacio y tiempo.»\\n\\n\\nEstos elementos son recurrentes en los relatos de Algernon Blackwood más conocidos, como Los Sauces (The Willows) y El Wendigo (The Wendigo), pero siempre con matices nuevos, luces y sombras que los perfilan con pequeñas y a veces imperceptibles variaciones. Por lo general, Algernon Blackwood nos introduce en este plano sin recurrir a lo sobrenatural. Nos rodea de cuervos, de árboles balanceándose en el viento, nos envuelve con los sonidos del bosque, barriendo a la consciencia humana del lugar, y con ello genera la sensación de que hay «algo vivo» que trasciende la taxonomía naturalista [ver: La Llamada de lo Salvaje: análisis de «El Wendigo»]. En El Bosque de los Muertos no hay monstruos amenazantes en la noche, sino más bien un entorno natural que está vivo de una manera impersonal, inhumana. En este contexto, el ser humano, por ser humano, es un intruso en este reino [ver: Horror Botánico]\\n\\nLa Naturaleza de Algernon Blackwood no solo carece de seres humanos, sino que parece desconocer la existencia humana, mostrándose entre interesada e indiferente por esta pequeña conciencia que perturba el equilibrio del lugar. El Bosque de los Muertos, como muchas historias de este autor, es un testimonio de la ausencia de la humanidad, pero también de la continuidad de esta otra conciencia no-humana. El Narrador, en este caso, se encuentra en un estado de liminalidad espiritual, así como en una búsqueda personal, que le permiten conectarse con la sensación de que hay «algo más» detrás de la realidad, tal vez una agencia numinosa e impersonal que se manifiesta a través de la Naturaleza.\\n\\nLo único que hace que amemos a la Naturaleza es el hecho de que hemos domado algunos de sus peligros, y por lo tanto la hemos romantizado. Nos gustan los bosques porque ya no tenemos que dormir a la intemperie, debajo de los árboles, apretándonos alrededor del fuego e inventando nombres para esa agencia impersonal con la esperanza de que podamos aplacarla con bailes y rituales. En cierto modo, nuestra urbanidad nos ha hecho perder contacto con el horror fundamental a ese «algo más» que cruje de noche y ulula en el viento. El Narrador de El Bosque de los Muertos es una persona de ciudad, por lo tanto, ese «algo más» reside en un punto cognitivo ciego. Está más allá del límite humano de comprensión, pero podemos sentirlo [ver: Toda materia es sensible: nosotros también somos IA]\\n\\nLa Naturaleza de Algernon Blackwood es hermosa no porque sea un paraíso de exhuberancia y generosidad. No existe en términos de recursos ni de placer estético. Es hermosa porque tiene agencia propia, porque ocluye la comprensión humana pero al mismo tiempo hace notar su presencia. Se muestra curiosa con los intrusos. Nos observa a través de miles de ojos en el bosque, pero también puede ser hostil. Todo esto es percibido en un punto ciego de la experiencia humana. No podemos registrarlo conscientemente, pero podemos sentirlo. Cuando el Ojo de la Naturaleza se posa sobre tí, cuando enfoca su voluntad en tu ser, la razón fracasa. Estás desnudo. Experimentas la certeza de un orden impersonal y, en última instancia, cósmico, más allá de la inteligibilidad.\\n\\nLa Naturaleza de El Bosque de los Muertos no tiene nada que ver con las leyes naturales que conocemos; tampoco es la Naturaleza como síntesis de los ríos, animales, bosques y montañas, sino en términos de colapso de las categorías humanas.\\n\\nEn contraste con el predecible paisaje doméstico, urbano, los bosques han sido tradicionalmente espacios para la práctica mágica y los ritos de iniciación, por lo tanto, son lugares propicios para trascender la propia identidad. Si bien la urbanización nos ha llevado más lejos que nunca de la naturaleza, todavía mantenemos miedos primarios heredados de nuestros antepasados; entre ellos, el recuerdo atávico de nuestra existencia pre-civilizada. En cierto modo, el Bosque nos recuerda algo; estuvo allí antes, casi como una condición previa o incluso como una matriz de la civilización. Los Bosques fueron primero [ver: El Pueblo del Musgo]\\n\\nEventualmente, el Bosque fue derrotado, conquistado por los primeros cazadores-recolectores, y luego por la revolución agrícola, que solo fue posible, quizás, gracias a las tierras de cultivo ganadas por la deforestación.\\n\\nLa civilización occidental le debe mucho al pensamiento judeo-cristiano, y este, en sus mitos bíblicos, no veía a las plantas como criaturas vivas. En los pasajes bíblicos que refieren el origen de las plantas no hay descripción de estas como seres vivos. De hecho, el relato de la Creación asume que las plantas son seres inanimados y sin vida. Más adelante, la teología medieval estableció una escala, un orden ascendente, entre los seres más «bajos» de la creación, y por lo tanto los más alejados de Dios, y los seres más «elevados» y próximos a la divinidad. El ser humano, naturalmente, lidera esta estructura, y las plantas se sitúan en el final de una representación antropocéntrica del valor natural. Todo esto nos llevó a ver a las plantas como menos valiosas que otras formas orgánicas, menos vivas, en cierto modo. En este contexto, el Bosque Embrujado revierte esa presunción: aquello que no debería estar vivo se comporta como si lo estuviera, cuestionando así el supuesto dominio humano y su mirada antropocéntrica sobre la naturaleza.\\n\\nH.P. Lovecraft parece estar hablando de lo mismo cuando se refiere a la matriz del cuento extraño:\\n\\n\\n«La verdadera historia extraña tiene algo más que un asesinato, huesos ensangrentados o una forma envuelta que arrastra cadenas. Debe tener una cierta atmósfera inexplicable de pavor, fuerzas exteriores desconocidas, y la insinuación, expresada con seriedad y portentosidad, de la más terrible concepción del cerebro humano: una suspensión o derrota de aquellas leyes fijas de la Naturaleza que son nuestra única salvaguarda contra los asaltos del caos y los demonios del espacio desconocido.»\\n\\n\\n¿Y qué puede desafiar mejor «las leyes fijas de la Naturaleza» que la manifestación de voluntad y consciencia de algo que no debería tenerlas?\\n\\nEl concepto de lo Siniestro [unheimliche] de Sigmund Freud depende de la maniobra de invertir lo esperado [lo familiar] con lo inesperado [lo no-familiar]. Algernon Blackwood juega con estas expectativas recurriendo al pasado, a las personas que murieron en el Bosque de los Muertos, pero no como en el cuento de fantasmas tradicional, donde los los lugares físicos [Casas, Castillos, etc.] son impregnados por presencias sobrenaturales. El Bosque de Algernon Blackwood es un depósito de incontables interacciones no-humanas.\\n\\nImagino que a J.R.R. Tolkien le hubiese gustado El Bosque de los Muertos, que comienza con un hombre bebiendo una cerveza espumosa en una posada [tal vez en Bree o cerca del Bosque Viejo]; y luego entra un anciano extraño que lo invita a seguirlo en una aventura.\\n\\n\\n\\nAnálisis de: El Espejo Gótico\\nhttp://elespejogotico.blogspot.com/2023/08/el-bosque-de-los-muertos-algernon.html\\n\\nTexto del relato extraído de: \\nhttp://elespejogotico.blogspot.com/2023/08/el-bosque-de-los-muertos-algernon.html\\n\\nMusicas:\\n\\n- 01. Mind Tricks - Experia (Epidemic)\\n\\n\\nNota: Este audio no se realiza con fines comerciales ni lucrativos. Es de difusión enteramente gratuita e intenta dar a conocer tanto a los escritores de los relatos y cuentos como a los autores de las músicas. Escucha el episodio completo en la app de iVoox, o descubre todo el cat\\xe1logo de iVoox Originals'