Nada mas que libros - Literatura y ciencia

Published: May 6, 2021, 12:21 a.m.

b'“Este peque\\xf1o objeto – coment\\xf3 el Viajero del Tiempo, descansando los codos sobre la mesa y juntando sus manos sobre el aparato -es s\\xf3lo un modelo. Es mi plan de una m\\xe1quina para viajar a trav\\xe9s del tiempo”.\\n\\nFragmento de “La m\\xe1quina del tiempo” de H.G. Wells.\\n\\nLa presencia de la ciencia y la tecnolog\\xeda a trav\\xe9s de sus ideas innovadoras y avances pr\\xe1cticos se ha visto reflejada en numerosas obras bien conocidas y representativas de la literatura universal. Este hecho se da, sobre todo, a partir del siglo XIX, cuando empieza el impacto social m\\xe1s notorio de la actividad cient\\xedfica en la sociedad. El que la ciencia est\\xe9 presente en la literatura con temas, personajes y autores, permite utilizar esta literatura para la divulgaci\\xf3n de la ciencia y de su contexto social. En el Renacimiento y el Barroco empiezan a aparecer en la literatura personajes cient\\xedficos, sobre todo m\\xe9dicos, cirujanos y boticarios, por su papel en asuntos humanos como la enfermedad y la muerte. El hecho de que las matem\\xe1ticas y las ciencias fueran las glorias de la Ilustraci\\xf3n se puede ver en la literatura de la \\xe9poca. As\\xed Jonathan Swift, en su obra “Los viajes de Gulliver” de 1.726, nos muestra en el tercer viaje a una isla, Laputa, que se sostiene magn\\xe9ticamente en el aire, habitada por hombres dedicados totalmente a las matem\\xe1ticas y a la m\\xfasica. Presagiaba as\\xed una ciencia, aliada natural del poder, para dominar a los seres humanos y la naturaleza. Tambi\\xe9n Voltaire y Goethe trataron temas cient\\xedficos en algunas de sus obras, lo que aprovechan para hacer una s\\xe1tira de los humanos y un elogio a la ciencia. Ya en el siglo XIX surgen autores que presentan a qu\\xedmicos, inventores e ingenieros, como en el caso de Balzac o P\\xe9rez Gald\\xf3s y otros. \\n \\nJulio Verne va m\\xe1s all\\xe1 e intentar\\xe1 hacer la >, es decir una novela que incluya los logros cient\\xedficos y t\\xe9cnicos, los viajes y las exploraciones y el dominio de los elementos. Por eso sus obras incluyen, con gran anticipaci\\xf3n con respecto a su \\xe9poca, obras de viajes como “De la Tierra a la Luna” de 1.865, viajes bajo el mar como “Veinte mil leguas de viaje submarino” de 1.870 o el dominio de la naturaleza por el hombre gracias a la ciencia y la t\\xe9cnica como en “La isla misteriosa” de 1.874. A partir de su obra “Los quinientos millones de la Begun” de 1.879, se percibe un cambio en su versi\\xf3n optimista de la ciencia, que pasa de ser una de las causas del progreso de la humanidad a convertirse en una actividad amenazante que puede emplearse para finalidades perversas, como la construcci\\xf3n de armamentos y de ciudades-f\\xe1brica, que son una premonici\\xf3n del nazismo; por ello esta obra fue prohibida por las autoridades alemanas. Tambi\\xe9n el cient\\xedfico, h\\xe9roe de sus obras anteriores, se transforma en el antih\\xe9roe perverso o loco, instrumento ciego del poder, que tanta influencia tendr\\xe1 en la literatura y el cine posterior. H.G. Wells, de educaci\\xf3n cient\\xedfica, se considera junto a Verne un iniciador de la literatura de ciencia ficci\\xf3n, con sus novelas “La m\\xe1quina del tiempo” de 1.895, “La isla del Doctor Moreau” de 1.896, “El hombre invisible” de 1.897 y “La guerra de los mundos” de 1.898, todas ellas adaptadas al cine. En los \\xfaltimos tiempos algunos han considerado “Frankenstein”, escrito en 1.818 por Mary Shelley, como un precursor de la ciencia ficci\\xf3n. En esta obra el progreso cient\\xedfico relacionado con la generaci\\xf3n de vida es un monstruo que se rebela contra su creador. \\n\\nYa en el siglo XX, en una etapa hist\\xf3rica donde la civilizaci\\xf3n mec\\xe1nica y las conquistas de la t\\xe9cnica, la m\\xe1quina, el avi\\xf3n, la electricidad o los productos manufacturados, las teor\\xedas sobre el tiempo y el espacio de Einstein, el evolucionismo de Darwin, etc\\xe9tera, se gener\\xf3 un gran impacto tanto en artistas, literatos y fil\\xf3sofos. Tanto es as\\xed que algunos cient\\xedficos han realizado importantes contribuciones a la literatura como el f\\xedsico Aleksandr Solzhenitsyn, premio Nobel de Literatura, que mostr\\xf3 en su libro “El primer circulo” de 1.968, c\\xf3mo cient\\xedficos e ingenieros, prisioneros en campos de concentraci\\xf3n, eran obligados a investigar para el KGB de la URSS. Y no podemos olvidar al f\\xedsico nuclear Ernesto S\\xe1bato, que en su primer libro “El uno y el Universo” de 1.945, critica la aparente neutralidad moral de la ciencia y los procesos de deshumanizaci\\xf3n en las sociedades tecnol\\xf3gicas.\\n\\nLa ciencia no solo ha contribuido con autores, sino tambi\\xe9n con temas, como el de la responsabilidad moral de los cient\\xedficos, con obras como “La vida de Galileo” escrita en 1.939 por Bertolt Brecht, o “Los f\\xedsicos” de 1.962 de Friedrich D\\xfcrrenmatt, o la utilizaci\\xf3n de las ciencias y tecnolog\\xedas en la sociedad del futuro, como las contraut\\xf3picas, o distop\\xedas, “Un mundo feliz” de Aldous Huxley (1.932), “1984” de George Orwell (1.949) o “Farenheit 451” escrita en 1.943 por Ray Bradbury. Asimismo la ciencia contribuy\\xf3 al establecimiento de un g\\xe9nero literario, las novelas de ciencia ficci\\xf3n. Muchos de sus mejores autores han sido y son cient\\xedficos en ejercicio, como Fred Hoyle, Gregory Benford, Carl Sagan, o de formaci\\xf3n como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Michael Crichton. En concreto Hoyle, director del Instituto de Astronom\\xeda de Cambridge, predijo la existencia de unos niveles de energ\\xeda de los \\xe1tomos de carbono que permiten explicar la nucleos\\xedntesis estelar; Carl Sagan fue catedr\\xe1tico de Astronom\\xeda de la Universidad de Cornell y Clarke fue matem\\xe1tico y particip\\xf3 e en el desarrollo de un sistema de defensa por radar. Asimov, Heinlein y Crichton, siguieron estudios respectivamente de bioqu\\xedmico, ingeniero mec\\xe1nico y m\\xe9dico. A su vez estos han enriquecido el g\\xe9nero con nuevas ideas, que no estaban presentes en los precursores Verne y Wells, como los robots o la colonizaci\\xf3n de la Luna, en “La Luna es una amante cruel” de 1.966 de Heinlein; del “Marte rojo” de 1.992 de Robinson; del sistema solar en la serie “Odisea en el espacio” (1.968-1.996) de Clarke; y de la galaxia en “La trilog\\xeda de las fundaciones” (1.951-1.953) de Asimov; la ecolog\\xeda planetaria en “Dune” de 1.966 de Frank Herbert; o los peligros de las biotecnolog\\xedas y la ingenier\\xeda gen\\xe9tica en “La amenaza de Andr\\xf3meda” (1.969) o “Parque jur\\xe1sico” (1.990) de Crichton. Hay autores de ciencia ficci\\xf3n que describen la vida de cient\\xedficos de una forma muy real, como Ursula K. Leguin en “Los despose\\xeddos” de 1.974 donde se muestran los problemas de un f\\xedsico que plantea una teor\\xeda revolucionaria; Benford en “Cronopaisaje” de 1.980, donde hay cient\\xedficos concentrados en las subvenciones y en la resonancia period\\xedstica, en vez de hacerlo en la experimentaci\\xf3n, y otros enfrentados a la burocracia; Asimov, en “Los propios dioses” de 1.972, presenta los obst\\xe1culos que encuentran j\\xf3venes cient\\xedficos enfrentados con cient\\xedficos poderosos y Sagan, en “Contacto” de 1.985, muestra las dificultades de las mujeres cient\\xedficas. \\n\\nEn general, y particularmente en nuestro pa\\xeds, es frecuente hablar de ciencia y de cultura como si de dos cosas diferentes se tratara y se suele presumir de culto sin poseer un conocimiento suficiente de los avances cient\\xedficos y tecnol\\xf3gicos de los que depende nuestra vida cotidiana. Es interesante ver la gran diferencia de criterios con que se juzga la incultura cient\\xedfica con respecto a otros \\xe1mbitos en las noticias de prensa; por ejemplo, las merecidas reacciones airadas que suele haber cuando errores en noticias en general no se muestran con la misma intensidad cuando se trata de errores cient\\xedficos. Quiz\\xe1 habr\\xeda que preguntarse si los conocimientos cient\\xedficos no se tienen por m\\xe1s inaccesible y, por tanto, susceptibles de ser en gran parte ignorados por la poblaci\\xf3n de una cultura, digamos de nivel medio, sin que ello se considere grave. La mejor manera de abandonar esta disparidad de criterios a la hora de considerar los conocimientos generales que deber\\xeda tener toda persona culta procedentes de los diferentes campos del pensamiento humano, es unir la producci\\xf3n literaria y el pensamiento cient\\xedfico. Por otra parte, la lectura de libros de, digamos, este g\\xe9nero, puede contribuir a acercar ideas y conceptos de las ciencias al p\\xfablico en general. “En busca de Klingsor” de Volpi, incluso pueden divulgar ideas de cu\\xe1ntica o de teor\\xedas de juegos. Pero no solo los conceptos de la ciencia, algunas de estas obras tambi\\xe9n muestran la forma en la que trabajan los cient\\xedficos, el llamado m\\xe9todo cient\\xedfico; y la mayor parte de la literatura que hemos mencionado puede contribuir a transmitir el aspecto humano de la ciencia, el contexto hist\\xf3rico y social en el que se desarrollan las ciencias y la situaci\\xf3n del cient\\xedfico en una sociedad determinada.\\n\\nPor eso no es extra\\xf1o que muchos cient\\xedficos y profesores de ciencia se\\xf1alen que ha contribuido m\\xe1s a desarrollar su elecci\\xf3n profesional la lectura de autores como Verne, Asimov y otros que la ense\\xf1anza escolar de las ciencias. Tambi\\xe9n recientemente se ha mostrado que la literatura permite meterse en la piel de los personajes, abrir su mente a otras experiencias y puntos de vista, lo cual es positivo para su teor\\xeda de su mente, es decir, para la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Y el efecto es mayor en aquellos que leen literatura que en los que leen ficci\\xf3n, no ficci\\xf3n o nada en absoluto. Pero cualquier literatura de calidad, como la mayor\\xeda de los libros de los que hemos hablado, con personajes con densidad humana, lo permite; la mala literatura, con personajes superficiales, no. Adem\\xe1s la ciencia ficci\\xf3n puede aportar una visi\\xf3n de futuro de la humanidad y del papel que la ciencia y los cient\\xedficos, tendr\\xe1n en \\xe9l; una visi\\xf3n que no aporta ning\\xfan otro tipo de ficci\\xf3n literaria. En consecuencia, la conexi\\xf3n entre estos mundos del saber tendr\\xeda que hacer posible la integraci\\xf3n de las ciencias en la cultura global, que aparece as\\xed como un elemento fundamental de cultura. Y, por otra parte, la literatura que introduce la ciencia y los cient\\xedficos puede contribuir a difundir las principales aportaciones de la ciencia y sus relaciones con la vida cotidiana entre todos aquellos que quieran disfrutar de su lectura.'