Nada mas que libros - Jack London

Published: Feb. 24, 2021, 11:33 p.m.

b'“Buck no le\\xeda peri\\xf3dicos, de lo contrario habr\\xeda sabido que una amenaza se cern\\xeda no s\\xf3lo sobre \\xe9l, sino sobre cualquier otro perro de la costa, entre Puget Sound y San Diego, con fuerte musculatura y largo y abrigado pelaje. Porque en la oscuridad del \\xc1rtico, unos hombres hab\\xedan encontrado un metal amarillo y, debido a que las compa\\xf1\\xedas navieras y de transporte propagaron el hallazgo, miles de otros hombres se lanzaban hacia el norte. Estos hombres necesitaban perros y los quer\\xedan recios, con una fuerte musculatura que los hiciera resistentes al trabajo duro y un pelo abundante que los protegiera del fr\\xedo”.\\n\\nFragmento de “La llamada de la selva”.\\n\\nAl igual que Emilio Salgari, Jack London sac\\xf3 fruto de su experiencia personal y de sus viajes para escribir sus mejores novelas. Toda su vida fue vertiginosa, azarosa y cambiante, sumido en continuas depresiones alcoh\\xf3licas y suicidas. Fue un hombre que vivi\\xf3 entre dos siglos y ese cambio se not\\xf3 tambi\\xe9n en su vida y en su obra. Se cree que fue hijo natural de Wiliam Chaney, periodista, abogado y astr\\xf3logo ambulante de poca monta, al que no lleg\\xf3 a conocer, y de Flora Wellman, una madre desnaturalizada, neur\\xf3tica y aficionada al espiritismo. Su madre le abandon\\xf3 cuando a\\xfan era muy peque\\xf1o y fue criado por su padrastro y por una antigua esclava, Virginia Prentiss, en medio de una pobreza extrema. London representa como nadie uno de esos casos en los que su infancia y adolescencia le influyeron para el resto de su vida. Hubiera sido un buen elemento para ser analizado por un psic\\xf3logo, si se hubiera dejado. Le hubiera contado que sus juegos ten\\xedan como escenario los peligrosos muelles de San Francisco, su ciudad natal, y que a los catorce a\\xf1os empez\\xf3 a trabajar en un barco y a los quince en una f\\xe1brica de conservas. Confesar\\xeda que pronto comenz\\xf3 a ganarse la vida y a desarrollar su instinto de picaresca y supervivencia. A decir verdad, Jack ten\\xeda todas las papeletas para convertirse en un delincuente barriobajero, sobre todo cuando se aficion\\xf3 a la bebida. Sus haza\\xf1as de pubertad no hac\\xedan presagiar nada bueno, pero al mismo tiempo que se emborrachaba se interes\\xf3 por la lectura. Entre sus autores preferidos estaba Ruyard Kipling.\\n \\nA los diecis\\xe9is a\\xf1os, cuenta \\xe9l mismo una an\\xe9cdota significativa de la \\xe9poca que le toc\\xf3 vivir. Dice London que cuando era pescador furtivo de ostras compr\\xf3 una barca con todos sus componentes, incluido en el lote un regalo que no se imaginaba: una mujer a la que llamaban “la reina de los piratas”. Este es uno de tantos aldabonazos de una larga vida aventurera, digna de una pel\\xedcula de acci\\xf3n. Fue grumete, vagabundo, agitador pol\\xedtico socialista, cazador de focas, buscador de oro en Alaska, reportero, corresponsal de la guerra ruso-japonesa y hasta ranchero. Se cas\\xf3 dos veces y con su segunda mujer, construy\\xf3 un barco con el que intent\\xf3 dar la vuelta al mundo, empresa que le inspir\\xf3 su novela “Aventura”. Su existencia, como la de muchos otros, daba para muchas historias. En sus novelas est\\xe1n reflejadas sus profesiones y personalidades con distintos nombres, porque de lo contrario, no podr\\xedamos creer que un ser humano haya vivido- y hasta sobrevivido- con tanta intensidad. \\n\\nSu vida dar\\xeda un cambio cuando se embarc\\xf3 en una expedici\\xf3n al \\xc1rtico para cazar focas, aventura que suministr\\xf3 el argumento para su novela “El lobo de mar” publicada en 1.904. A su regreso a San Francisco se encontr\\xf3 con una situaci\\xf3n poco agradable; la crisis econ\\xf3mica que comenz\\xf3 en 1.893 y m\\xfaltiples problemas personales y profesionales. En 1.896, cuando acababa de cumplir veinte a\\xf1os, su vida experiment\\xf3 un nuevo giro: ingres\\xf3 en la Universidad de California y all\\xed descubri\\xf3 el “Manifiesto comunista” de Marx y su lectura le convirti\\xf3 en un socialista militante. Tras estudiar en Berkeley pas\\xf3 en 1.897 a convertirse en uno de los miles de hombres que partieron hacia la regi\\xf3n del rio Klondike, en Canad\\xe1, arrastrado por la fiebre del oro que se desat\\xf3 el 17 de Agosto de 1.896 en uno de sus afluentes, el Bonanza Creek. En su mochila llevaba, adem\\xe1s de sus objetos y prendas personales, el “Paraiso perdido” de John Milton y las obras de los evolucionistas Darwin y Haeckel. Cuando regres\\xf3 a su pa\\xeds ya ten\\xeda en mente los argumentos de sus m\\xe1s famosas obras: “La llamada de la selva” y “Colmillo blanco”. En 1.903 triunfa con la primera de ellas donde pone en pr\\xe1ctica la teor\\xeda de la supervivencia del m\\xe1s fuerte; un perro dom\\xe9stico acaba convirti\\xe9ndose en el jefe de una manada de lobos en el Yuc\\xf3n. Y as\\xed, poco a poco, ir\\xe1 publicando relatos hasta llegar a un total de cincuenta, todos con el mismo denominador com\\xfan: el riesgo y la aventura, en muchas de las cuales \\xe9l particip\\xf3 de forma activa y directa.\\n\\nSus problemas con el alcohol no hab\\xedan desaparecido sino todo lo contrario, pues se incrementaron en su b\\xfasqueda de pepitas de oro en un ambiente propicio a los desmanes. Su vida y su actividad literaria est\\xe1n muy influidas por sus ideas socialistas y eso se ver\\xe1 reflejado claramente en sus obras “El pueblo del abismo” de 1.903, que es una descripci\\xf3n de la miseria en el East End de Londres (el escenario donde Jack el Destripador cometi\\xf3 sus atroces cr\\xedmenes a finales del siglo XIX), “La guerra de las clases” de 1.905 y “El tal\\xf3n de hierro” de 1.907, una de las primeras utop\\xedas pesimistas o distop\\xedas del siglo XX, que nos advierte frente a la posibilidad de una dictadura fascista, algo en lo que no estuvo desencaminado. Asimismo en su obra “El lobo de mar”, el protagonista, el capit\\xe1n Wolf Larsen, intenta poner en pr\\xe1ctica la idea del superhombre de Nietzsche y Spencer. Se calcula que entre 1.900 y 1.916 la publicaci\\xf3n de sus libros le hicieron ganar m\\xe1s de un mill\\xf3n de d\\xf3lares, cantidad exorbitante para la \\xe9poca, pero que no tard\\xf3 en dilapidar en sus adicciones y negocios fallidos. A los cuarenta a\\xf1os, London era el escritor m\\xe1s popular y mejor pagado de Am\\xe9rica y tal vez del mundo. Pose\\xeda dinero, \\xe9xito, un lugar de retiro apartado en el norte de California y parec\\xeda felizmente casado. Y cuando lo tiene todo decide suicidarse…..\\n\\nLo que le lleva a la fatal decisi\\xf3n es su adicci\\xf3n a la bebida. Se jactaba entre sus amigos de beber m\\xe1s que nadie. El mismo explicaba que empez\\xf3 a beber a los cinco a\\xf1os alg\\xfan trago de cerveza que desde un bar cercano le llevaba a diario a su padrastro en un cubo. Como marinero, a los catorce a\\xf1os afirmaba que pod\\xeda beber m\\xe1s que sus compa\\xf1eros de a bordo, mucho m\\xe1s veteranos que \\xe9l y lo demostraba. London bebi\\xf3 y bebi\\xf3 durante toda su vida, sobre todo whisky que era su bebida favorita. Como a Edgar Allan Poe, el alcohol le serv\\xeda de inspiraci\\xf3n, o eso cre\\xeda, pero tambi\\xe9n a su degradaci\\xf3n. Alcanz\\xf3 y super\\xf3 el tope del litro diario.\\n\\nCuando ten\\xeda cuarenta a\\xf1os hab\\xeda vivido casi tres vidas. Tanto ritmo le cost\\xf3 muy caro. El alcohol, la uremia y la morfina para calmar sus dolores, desemboc\\xf3 en el suicidio el 22 de Noviembre de 1.916 ingiriendo una dosis mortal de sulfato de morfina en su rancho de California al que llam\\xf3, como era propio en \\xe9l, “Wolf House” (la Casa del lobo). Los peri\\xf3dicos europeos dedicaron m\\xe1s espacio a la noticia de su muerte que a la del emperador Francisco Jos\\xe9 de Austria, fallecido el d\\xeda anterior. Tres a\\xf1os antes de morir, en 1.913, escribi\\xf3 “John Barley o memorias de un alcoh\\xf3lico”, una especie de confesi\\xf3n autobiogr\\xe1fica donde admit\\xeda su adicci\\xf3n de toda la vida con una conclusi\\xf3n final: “Mi intenci\\xf3n es seguir bebiendo, pero con m\\xe1s habilidad, con m\\xe1s discreci\\xf3n”...y sigui\\xf3 bebiendo mucho m\\xe1s hasta que todo termin\\xf3. En su novela “El vagabundo de las estrellas” se hace una pregunta: “\\xbfQu\\xe9 ser\\xe9 cuando vuelva a vivir?”. \\xbfCre\\xeda Jack London en la reencarnaci\\xf3n?. En todo caso tuvo una vida extra\\xf1a, digna de la mejor novela. Vivi\\xf3 y muri\\xf3 como dese\\xf3.'