Señor Alcalde: Francisco Hernández Quereda.
Para los amigos… simplemente, Paco el Alcalde.
No sé cómo voy a hilvanar estas palabras Paco, que bullen en mi corazón y se niegan a salir ordenadas de mi cabeza, pero tengo la necesidad de hablarte, ahora que solamente tú me oyes, y donde ya estás en esa eternidad tan temida, al lado de la Santísima Virgen del Carmen a la que tanto amabas.