Este súper-volcán se encuentra justo debajo de una de las áreas metropolitanas más grandes de Europa, representando un gran riesgo no solo para los más de 5 millones de personas que viven cerca de él, sino para todo el continente. A pesar de su alto potencial eruptivo, el lugar es un laboratorio natural para entender fenómenos geológicos particulares como el Bradisismo, el surgimiento de nuevos edificios volcánicos, e incluso el estudio de la arqueología local.