Es un hecho que el optimismo y el entusiasmo no se pueden medir en ergios, julios o vatios así como tampoco se pueden producir en una central termoeléctrica. Sin embargo, podríamos decir que son la energía que abastece a nuestra voluntad, esa que te manda a estudiar o a trabajar cuando no te quieres levantar de la cama. Pseudociencias que hablan al respecto, oradores "motivacionales" y, ¡mucho más!